viernes, 6 de mayo de 2011

Entre el miedo y el derecho a informar


En la actual coyuntura política venezolana, los medios de comunicación social han asumido posiciones que, para muchos, no son las que les corresponden. Señalan que los medios sólo deben informar, educar y entretener, evitando el parcializarse o mostrar simpatías por algún hecho o suceso de la vida política nacional. Esto, en un país, tan polarizado como Venezuela, es casi imposible, y los medios de comunicación existentes y a todo nivel, reflejan de manera precisa esta situación.

Sin embargo, otros actores del acontecer nacional señalan que la crisis de liderazgo y la falta de credibilidad en los partidos políticos han llevado a los medios de comunicación a asumir dicha posición. Afirman que el país se ha “embarcado en una de estar informado”; lo que si no está claro es si dicha información es aceptada por ambos bandos, y los dueños de los medios y los que trabajan en ellos, han llegado a los extremos de querer imponer “su verdad”, irrespetando, manipulando, minimizando o desdeñando la del otro bando.

Es un hecho que la presidencia de Hugo Rafael Chávez Frías, cambió las “reglas de juego” en cuanto al tratamiento de la situación oficial o gubernamental. En primer lugar, la información oficial es escasa, por no decir nula. Sólo los medios de comunicación del Estado; mejor dicho, los afectos al proceso que lideriza Chávez, tienen la opción de conseguir la información emanada de los organismos oficiales o públicos; Es de hacer notar, que la información que se ofrece es sólo la que “favorece el proceso”. Ningún medio oficial, sería contrario al Jefe del Estado, sus ministros, dirigentes o su obra. Tan es así, que el principal canal del gobierno, Venezolana de Televisión (VTV), no transmite noticias relacionadas con la materia de sucesos.

Los medios comunitarios, que han recibido un fuerte impulso económico en este período, se mantienen gracias a este apoyo, el cual puede desaparecer si comienza a cuestionar las políticas basadas en el eslogan: “Patria, socialismo o muerte”. En pocas palabras, en los medios oficiales o afectos al régimen, el derecho a réplica, simplemente no existe.

Quizás es esa la razón que ha llevado a los periodistas que laboran en los medios privados a valerse de métodos menos confiables, como el datero, el informe previo, o a conseguir la información por los “caminos verdes” y a través de la fuente, que no siempre es garantía de seguridad.

El otro aspecto, es que Chávez Frías y su gobierno han decidido callar, mejor dicho eliminar cualquier tipo de disidencia o reclamo, y la manera de enfrentar ese problema tiene diversas alternativas que van desde la manipulación, pasando por la represión de diversas maneras, formas y grados; hasta la prisión. Los ataques se han acentuado. Golpizas a periodistas, prisión y exilios son algo ya común en el medio y en el país. A los que agreden a los periodistas los dejan libres a las pocas horas, “por falta de pruebas”, o simplemente no los capturan. Los que están presos, ven pasar los días sin que ni siquiera se les fije fecha para el juicio.

Quizás, lo más grave es el miedo y la autocensura. Un aspecto que ya comienza el lector, el televidente o el radioescucha a ver y a padecer. Ya hay 34 emisoras de radio, tanto en Amplitud Modulada como en Frecuencia Modulada, clausuradas, y dos canales de televisión, sin contar que hace más de dos años, le suspendieron la concesión al canal de más antigüedad en el país, Radio Caracas Televisión, (RCTV).

La lista continúa. Son más de 200 las radioemisoras amenazadas de cierre por el organismo regulador de las telecomunicaciones, Conatel. Y sobre Globovisión, un canal en UHF dedicado a la transmisión exclusiva de noticias y programas informativos, ya el gobierno le ha abierto seis procesos sancionatorios. Tal es la situación que los mismos dueños de Globovisión, esperan que en cualquier momento, les cierren el canal.

Total que Chávez Frías, quien llegó a la presidencia de la República contando con un gran apoyo popular y de los medios de comunicación, se ha convertido en el primer mandatario nacional, en los últimos años, que cierra medios de comunicación. Su gobierno ha sido acusado de diversos actos de corrupción; no solamente en Venezuela, sino también ha sido acusado de entrometerse en asuntos internos de otras naciones. A pesar de todo eso, la sociedad venezolana sigue apostando a la información, con sus bemoles.

La pregunta es cuánto pueden resistir los dueños de los medios ante el acoso económico, político y social. Hasta que punto, los trabajadores de los medios, todos, pueden soportar insultos, vejámenes, golpes y malos tratos. ¿Será que Chávez, como militar que es, no se ha enterado que gobierna un país de 26 millones de personas, donde la disidencia es tolerada y no un cuartel, donde la voz del teniente coronel, es la única que puede escucharse?

Creo que todavía esta “pelea” medios-Chávez  va a durar unos cuantos rounds más. El talante democrático del gobierno, su tolerancia ante la disidencia ha sido puesta en duda internacionalmente. Como decimos aquí: “las pelea es peleando” y la libertad de expresión es algo muy arraigado en nuestro país; tan así que el venezolano siempre ha tenido fama de ser poco dado a la discreción

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