sábado, 10 de marzo de 2012

¡Ya basta!

Llegó el momento de decir ¡basta! Llegó el momento de no aceptar más amenazas, insultos, insinuaciones, golpes y maltratos. Han sido 14 años de aguantar, de bajar la cabeza, de no responder; de ni siquiera verlos a la cara. De ver y sentir como nos vejan, como nos dejan sin casa, sin trabajo, sin vida propia, y no tener más remedio que apretar los puños y voltear la mirada. De sentir que nos pisotean, y lo peor, que se burlan de nosotros de la manera más descarada y frente a nosotros.
 
¿Es que no somos iguales; que no somos tan venezolanos como ellos? Ya basta de sentirnos parias, de cambiarnos de acera, de bajar la voz y tragar grueso mientras ellos se pavonean con su arbitrariedad y su malandrismo. De tener que aceptar lo inaceptable y rumiar entre dientes una grosería. Ya basta de mostrarles temor, cuando sabemos que son menos y que ellos sí son unos cobardes.
 
Ya basta de ver como manipulan la justicia a su favor y de la manera más descarada. De ver como se violan las normas nacionales e internacionales del derecho, de la justicia, de la lógica. Ya basta de ver como hacen lo que les da la gana; de ver que son "guapos y apoyaos", cuando realmente son un montón de cobardes que se sienten protegidos por ese "poder relativo" que es el estar en el gobierno.
 
Después de leer las declaraciones del presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, justificando los hechos acaecidos el domingo pasado en la placita de Cotiza. De tener la desfachatez de decir que "esa es la manera como debe reaccionar la gente frente a los partidarios de la oposición", creo que ya hemos llegado al punto de no retorno. Ya es suficiente de que nos llamen: "traidores, vendepatria, escuálidos, cochinos, majunches, bolsas, imperialistas y un sinfín de epítetos más...(Lástima no tener la lista hecha por mi amigo y colega, Ronald Nava, que creo recogía toda la "catajarra" de insultos); pero repito, ya llegamos al llegadero ¡No más!
 
Lo que pasó el domingo 4 es el inicio de lo que nos espera. Los que actualmente detentan el poder no están dispuestos a perder, a reconocer que su tiempo pasó; que el país pide un cambio y no es el prometido por aquel Hugo Chávez, que victorioso y exaltado se quitó la corbata en la antigua (y expropiada) sede del Ateneo de Caracas, prometiendo un cambio que jamás llegó. Que los venezolanos no quieren más imposiciones, más dirigentes "majunches" (y aquí sí queda bien utilizado el adjetivo calificativo, ya que se aplica a los funcionarios públicos que han desfilado por este gobierno y han sido realmente ineptos). Que el país entero se quedó esperando por un río Guaire limpio, una solución habitacional sin necesidad de tener que usar franelas y gorras de color rojo; por un sistema de seguridad social eficiente, donde no estemos en manos de "médicos integrales", que no son ni lo uno ni lo otro, y por efectivos policiales que además de infundir seguridad, también nos demuestren que son "efectivos" en el cumplimiento de sus funciones. Nos hartamos de la regaladera de dinero a otros países que jamás van a cancelar esa deuda; de un Presidente que se cree "líder intercontinental" y ni siquiera es respetado por sus vecinos. Nos hartamos de las mentiras y de actuar de buena fe y que al final, ellos, el gobierno, haga lo que le da la gana, como ha pasado con el nuevo reglamento de deportes, entre muchísimos otros casos.
 
Estamos cansados, por no decir hartos de tanta vejación, de tanta humillación. Las palabras de Cabello, unidas a las del vicepresidente Elías Jaua, (aquel mismo que los años 80, en los alrededores de la UCV se dedicaba con otros secuaces de Ruptura y el CLP a quemar autobuses y vehículos particulares o públicos. Porque yo sí me recuerdo Elías), quien dijo que "habían tomado el poder para no dejarlo nunca". Pues no, todo tiene un límite, un tiempo establecido y el de este gobierno está llegando a su fin, y la primera campanada fue el 12 de febrero.
 
Y es aquí donde insisto en la necesidad de perder el miedo; de no seguir aceptando más humillaciones y de actuar cada vez más apegados a las normas democráticas. No es que salgamos a caernos a trompadas y a tiros con ellos, que es lo que muchos del Psuv quisieran. De ahí a la guerra civil, no hay mucho. Eso no es lo que debemos caer. Seamos inteligentes y prácticos. La campaña electoral será muy sucia; acciones como las de Cotiza se repetirán con seguridad y a esto se unirán acusaciones sin fundamento, montajes, extorsiones y cualquier cosa escatológica que puedan producir las mentes de los cagatintas, ¿moderadores de TV? y demás funcionarios tarifados de este gobierno. Por cierto, un gobierno que no acepta ningún tipo de acercamiento o de posibilidad de confraternizar, como sucedió en el estado Falcón entre Capriles y el locutor de VTV, al cual en esa cochinada de programa nocturno le dijeron hasta de que mal iba a morir. Eso no puede ser.
 
El Estado debe avocarse a ofrecernos seguridad, salud y educación. Para lo demás debe estar el sector privado, que de la mano con ese Estado construya, planifique, desarrolle y realice lo que los ciudadanos necesitamos. No queremos un Estado entrometido en áreas, que no es que sean de su incumbencia, pero que con solo dictar las normas claras y precisas, puede controlar y dirigir sin caer en la necesidad de expropiar y de ocupar "porque me da la gana".
  

viernes, 24 de febrero de 2012

Los temores del teniente coronel

 
  El teniente coronel parte hoy a La Habana. Nuevamente entrará a un quirófano, pero esta vez las condiciones son más dramáticas ya que la "lesión cancerígena de dos centímetros de diámetro", ha sido calificada por él mismo como seria. Que si no se cuidó; que no siguió las recomendaciones médicas y ha estado abusando. Que si desobedeció la dieta y la rutina post operatoria. Lo realmente cierto es que el cáncer no ha sido vencido y Hugo Rafael Chávez Frías lo sabe, y lo peor, le teme.
 
Su condición prostática es delicada. Ahora se arrepiente de no seguir al pie de la letra el tratamiento y el chequeo permanente de su antígeno o PSA. "La carnosidad anal" que se le operó en el Hospitalito en Fuerte Tiuna fue el primer llamado a no desobedecer los consejos médicos. Los galenos que lo atendieron en esa oportunidad, uno profesional en el Hospital de Clínicas y el otro infectólogo del Centro Médico, ambos entes ubicados en la urbanización San Bernardino, le recomendaron cuidarse mucho y llevar las cosas con mucha calma. Hoy, se arrepiente y lo lamenta.
 
Estos días han sido de mucho movimiento en Miraflores, Fuerte Tiuna y La hacienda La Chavera en Barinas. Preparativos, carreras, cajas, maletas, etcétera. Su círculo familiar más íntimo le va a acompañar a esta nueva "batalla", como el mismo la ha calificado. Y aunque ante la opinión pública trata de aparentar normalidad y cierto humor (como calificar de "escuálido" al tumor), sabe que no es así; que la lesión es grave y que ni siquiera su madre sabe totalmente la verdad.
 
En estas noches se ha preguntado de nuevo el por qué de lo que está pasando. Quien se cree predestinado a gobernar Venezuela y a ejercer y extender su influencia política más allá de nuestras fronteras, no se explica la jugada del destino. Ha llegado a dudar de sus ángeles, espíritus, apoyos y hasta del escapulario de Maisanta. Sabe que este es un "enemigo feroz", que no se combate de manera tradicional. Se siente solo y confundido y, hasta se arrepiente de no haber tomado en serio las recomendaciones de Fidel, de Raúl, y las más importantes, las de los médicos que lo trataron y le advirtieron lo que podía pasar...Y que pasó.
 
Por otra parte le mortifica la guerra interna en su organización. Aunque sabe que ni Jaua, ni Cabello, ni siquiera su hermano Adán tienen la valentía y el arrojo de disputarle el liderazgo, sabe que ellos esperan lo peor, y si regresa disminuido y con advertencias médicas más estrictas y firmes, la guerra se va a desatar y no cree que pueda hacer mucho por detenerla. Sabe que sólo Hugo Rafael Chávez, el "comandante presidente" puede mantener la unión; puede cohesionar diferencias, temores, odios y otras diferencias que son más que conocidas entre los suyos. Civiles y militares se detestan, a pesar de que todos se ponen prendas rojas y gritan su apellido hasta quedar roncos. Sabe que su regreso de Cuba, mientras más se retrase, paradójicamente, incrementa las peleas, y estás están a un tris de comenzar.
 
La última encuesta hecha por la empresa de Jesse Chacón lo desanimó. Jaua no alcanza el 20% de las preferencias electorales, y los que vienen detrás dan pena con esos números. Anoche, en la soledad de su habitación, seguramente reconoció que su liderazgo nace y muere con el. El jueves, al reconocer que las posibilidades de que la lesión sea maligna, se le escapó con tristeza la frase: "No soy inmortal". De inmediato se lamentó de haberlo dicho, pero ya el daño estaba hecho, y al ver la cara de sus acompañantes, así lo entendió.
 
Ahora sabe que ese mesianismo castrista le está pasando factura. Sabe que el eliminar o quitar de su entorno a quienes han podido disputarle dicho liderazgo no fue lo correcto. Por su mente pasó el flash del general Arnaldo Ochoa; héroe en Cuba y de la guerra en Angola, fusilado por Castro, acusado de narcotraficante, y aunque nadie en eso que bautizó como Partido Socialista Unido de Venezuela tiene los guáramos para disputarle de frente el liderazgo y la autoridad, sabe que a sus espaldas las puñaladas están listas para ser clavadas.
 
Total que el viaje a La Habana es un hecho y su salud pende de muchas cosas que no pueden ser ni controladas, ni compradas. El Chávez que debe llegar a la capital cubana esta noche es un ser preocupado, derrotado anímicamente y por primera vez, realmente con la suerte en contra.
 

miércoles, 22 de febrero de 2012

No estaba de parranda ni nada. Aquí estoy de nuevo y con mis "tips"

Aquí estoy de nuevo. Luego de un largo receso, por no escribir abandono, retomo mi blog. Razones personales (falta de tiempo, cansancio, actividades laborales y lo que se le ocurra a usted), hicieron que no volviera a redactar nada en mi blog.

Sin embargo, la "sequía redaccional" terminó. Vuelvo con mis "tips" y la voluntad de dar a conocer las informaciones que, considero, deben ser conocidas y comentadas por todos. Por otra parte, compartiré este blog con mis actividades en el portal web Dossier33.com, del cual formo parte como Coordinador de Información desde el mes de septiembre del año pasado. Es decir, o me leen aquí, o me leen en www.dossier33.com.

Así que robándole el nombre a la canción de Franco de Vita: ¡Aquí estoy otra vez! y aquí están mis tips.

Un abrazo a todos


 La mentira tiene patas cortas 

Así reza el refrán que pudiésemos aplicarle a los "acólitos" del teniente coronel Chávez. Cabello, Silva, Izarra, Amorín, Maniglia y otros tantos, apoyándose en insultos, burlas y descalificaciones trataron de tapar lo que es un hecho; la enfermedad del dirigente máximo de su partido y actual Presidente de la República.
 
Ya la prensa brasileña había dado a conocer los últimos síntomas del cáncer que viene padeciendo Hugo Rafael Chávez Frías. El mismo había confirmado a varios medios y a sus más allegados, que "iba a ir en carnavales a Barinas, a la hacienda La Chavera", a organizar la estrategia para la campaña electoral". Sin embargo, el viernes en la noche el dolor se le incrementó. Nuevamente le costó orinar. 
 
Se arrepintió de haber dejado de lado las recomendaciones médicas que le exigían unos chequeos que debió hacerse a principios de diciembre del año pasado. De inmediato, una llamada a La Habana del edecán de guardia y otra  al Grupo 5 de la Fuerza Aérea, basado en el aeropuerto internacional de Maiquetía, con las consiguientes carreras para preparar la nave que partió en la madrugada del sábado a la capital cubana.
 
Ya el domingo en la noche los rumores por las redes sociales eran muchos y variados. No estaba en Barinas, ni en Miraflores. Los correos electrónicos iban y venían. El colega Nelson Bocaranda cuelga un "twett" donde informa que familiares cercanos al teniente coronel viajan a La Habana. Nadie del gobierno dice nada. Horas después, el ministro de Información, Andrés Izarra escribe en su cuenta de Twetter una de sus típicas respuestas descalificadoras y vulgares, que en vez de tranquilizar, incrementan los rumores. La nota del diario brasileño "O Globo" es una de las más leídas y visitadas por internautas. En dos platos, el país entra a los carnavales del 2012 con la sensación de que Chávez nuevamente le oculta algo.
 
Ya el lunes algunos voceros del Psuv, en su tónica burlona y de descalificación, tratan de minimizar los rumores que han crecido como la espuma. Cabello y Jaua dicen que "el presidente está mejor que nunca". Nadie les cree y ya se sabe que Chávez está con su familia en La Habana, donde, por cierto, Gramma no ha dicho ni reseñado nada. El lunes, el teniente coronel aterriza en el país en la mañana temprano y horas después, en una transmisión sólo emitida por el canal del Estado, VTV, y por la red de medios oficiales en Barinas, desde una fábrica que construye tractores da algunos detalles de su enfermedad.
 
Mientras tanto en La Habana la reunión con los médicos cubanos, brasileños, españoles y venezolanos habían sido bastante agrias. En un tono cordial pero fuerte, Raúl Castro le recriminó el haber dejado de lado los chequeos, el horario de trabajo y la dieta estricta, aunque el Jefe del Estado le explicó, que había sido "en muy pocas ocasiones". Sin embargo, los exámenes, las radiografías y resonancias no dejaban lugar a dudas: La lesión estaba ahí, en el mismo sitio donde fue operado en junio del año pasado. El teniente coronel vuelve a sentir que el piso se le mueve.
 
Un médico oncólogo que consulté me dijo que una lesión de dos centímetros, tomando en cuenta el tipo de dolencia de Chávez "es bastante seria, y si nos guiamos por lo que el Presidente ha dicho, es una operación tan grave o más que la que le practicaron en Cuba meses atrás". Añade, al ser precisado que lo que dijo el teniente coronel en TV "puede ser sólo la punta del iceberg", ya que este tema sólo se sabe lo que el Presidente ha querido decir.
 
"El problema es que no se sabe bien dónde está o estuvo ubicado el tumor. Puede ser que cuando lo operen no consigan nada; sólo limpien y listo. Pero también puede ser que se consigan algo más, y eso no se cura con quimioterapia; es más, si es así, se demuestra que la quimioterapia no funcionó".
 
En la capital de la mayor isla de las Antillas quedaron los exámenes que confirman el agravamiento de la dolencia de Chávez. También quedó el compromiso con los Castro y con los médicos de regresar en pocos días a operar la lesión. Es una operación complicada, bastante difícil y eso lo sabe el teniente coronel que nos gobierna.